El mar no perdona
Cuando un crucero de lujo (el Crescent Star) se hunde al chocar contra una mina flotante, en un bote salvavidas de capacidad para nueve personas se refugian 26 supervivientes. Pronto se acaba el repelente de tiburones, se acerca un huracán, hay pocos alimentos y poca agua y, en estas circunstancias, no queda más remedio que decidir sobre quién se queda y quién debe abandonar el bote.