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Cuando Walter, un jubilado de 70 años que no sabe cómo ocupar su tiempo libre, lee en un periódico que "por cada joven que trabaja hay un anciano que cobra pensión", decide buscar a "su" joven para convertirse en su ángel de la guarda. Con la ayuda de Sara, la hija de una vecina, acaba localizando a Piero. El muchacho, que es muy timido, está enamorado de una barrendera a la que ve cada noche desde su ventana, pero con la que nunca ha tenido el valor de hablar.