De repente, la paz de un apacible pueblo se ve rota. Sara, una adolescente, despierta asustada cuando ve que se abre la puerta de su habitación, a través de la cual ve también entreabierta la de la habitación de sus padres. Los llama, pero nadie responde. Cuando sus ojos se acostumbran a la oscuridad, ve a sus padres amordazados y maniatados; antes de que pueda reaccionar, alguien la lanza contra la pared. Un misterioso desconocido le dice que tiene sesenta segundos para decidir a cuál de sus padres debe matar porque, si no se decide, los matará a los dos.