Los jóvenes años de una reina
Sissi se muestra hábil no sólo con los asuntos de estado, sino también con Sofía, su conflictiva suegra, que aprovecha cualquier ocasión para inventar falsos romances entre Sissi y el conde Andrassy con el objetivo de romper el matrimonio entre la emperatriz y su hijo. A las amenazas de Sofía hay que añadir la grave enfermedad pulmonar que Sissi contrae en Hungría y que la llevará a Grecia, donde tras un tiempo la joven mejora felizmente de su enfermedad.