Los habitantes de Los Ángeles asisten impotentes a una ola de asesinatos en los que las víctimas son brutalmente descuartizadas, como si sufrieran el ataque de un enorme animal salvaje. Se trata sin lugar a dudas de la primera gran historia como reportero de televisión de Clay Dwyer que, para su horror, no tarda en descubrir que el responsable de las muertes no es otro que Néstor, el huésped que acoge en casa su dulce madre Emily. Lo peor es que la ha transformado en la misma clase de monstruo que él, un devorador de carne.