El partido de sus vidas
En la primavera de 1950, los Estados Unidos fueron invitados a jugar en el mundial de fútbol de Brasil. El problema es que apenas tenían presupuesto ni un equipo oficial, así que rápidamente reclutaron a unos jóvenes jugadores de Saint Louis (Missouri), y los mandaron a Río de Janeiro a competir con los mejores equipos del planeta.