Rey de corazones
Octubre, 1918. En los últimos días de la I Guerra Mundial, el soldado Charles Plumpick (Alan Bates) es enviado por sus jefes a desactivar las supuestas bombas dejadas por los alemanes en retirada a su paso por un pueblito francés. Plumpick llega al lugar, sólo para encontrarse con que los internos de un manicomio abandonado han tomado el pueblo.