Put Your Soul on Your Hand and Walk es mi respuesta como cineasta a las continuas masacres de palestinos. Un milagro ocurrió cuando encontré a Fatem Hassona, que me presentó un amigo palestino. Desde entonces, me ha prestado sus ojos para ver Gaza, donde resistió documentando la guerra, y me he convertido en un vínculo entre ella y el resto del mundo, desde su "prisión de Gaza", como ella la llamaba. Mantuvimos esta línea vital durante más de 200 días. Los fragmentos de píxeles y sonidos que intercambiamos se convirtieron en la película que ves. El asesinato de Fatem el 16 de abril de 2025, tras un ataque israelí a su casa, cambia su significado para siempre.