Basada en personajes reales y una historia verídica ocurrida en 1988, cuando unos presos condenados a penas enormes por delitos mínimos deciden fugarse con la intención de hacerle saber al Dictador Chun Doo-Hwan que la Ley de Cuidados y Custodia (que extendía las penas de cárcel) era una verdadera injusticia, y que sólo el dinero compraba la justicia en una Corea dictatorial, y a punto de celebrar sus Juegos Olímpicos. La Ley no se derogó hasta Septiembre de 2005, mientras se rodaba esta película, que está dedicada a todos aquellos que tuvieron que sufrirla en carne propia.